Otra tradición interrumpida: la cena de fin año en el cementerio municipal

Otra tradición interrumpida: la cena de fin año en el cementerio municipal

Talca.- La presente crisis sanitaria quebrantó durante el último día del año una importante tradición para los talquinos que nació hace 41 años atrás, cuando el amor por sus seres queridos provocó que de manera insólita, muchas familias prefirieran compartir en el campo santo la cena de fin de año.

Los más cercanos a Julio Opazo fueron los iniciadores de dicha tradición que, sin importarle que el cementerio municipal de la ciudad tuviera las puertas cerradas, siempre se las ingeniaron para estar cada noche del 31 de diciembre en la tumba que resguarda sus restos mortales.

La iniciativa fue copiada por otros que, tomando este hecho como un homenaje a la memoria de los que ya no están, se reunían cada 31 de diciembre ya entrada la noche para protagonizar la cena con todos presentes: los vivos y los muertos.

El hecho provocó que el campo santo abriera sus puertas a los talquinos, lo que se convirtió en un acontecimiento noticioso que acaparó la atención de la prensa nacional e internacional.

Sin embargo, este 2020, dicha tradición tendrá que ser interrumpida en pos de no exponerse al contagio de una pandemia que se ha llevado millones de vidas en todo el mundo y a enlutado el -de por sí histórico- 2020.

Pese a ello, las puertas del cementerio municipal se abrieron durante las horas tempranas de esta jornada, para que el homenaje tenga lugar, aunque este no sea en los horarios habituales del mismo.

Ante el fuerte arraigo de este tipo de tradiciones, la pregunta es ¿se volverán a saltar los muros?

Share this post